Al escuchar la palabra radiación pueden venirnos a la mente muchas cosas, como experimento, peligro, o el evento sucedido en Chernóbil (Ucrania) donde un mal manejo de una planta nuclear causó una gran explosión que hizo a la ciudad y a la región sumamente famosas.
El domingo 11 de abril del 2021 las autoridades de Seguridad y Protección Civil emitieron una alerta para el Estado de México, Ciudad de México, Hidalgo, Querétaro, Michoacán, Guerrero, Morelos, Puebla y Tlaxcala por el robo de un equipo de radiografía industrial que tiene en su interior una fuente radiactiva, por lo que su mal manejo podría tener consecuencias graves para la salud.
Es indispensable que dicho equipo sea encontrado, ya que de ser ocupado de forma errónea puede provocar grandes consecuencias negativas a la salud que pueden resultar permanentes o sus efectos pueden ser mortales.
En caso de encontrar la fuente se recomienda no manipular ni permanecer cerca de la fuente y llamar a las autoridades correspondientes lo antes posible para que ellas se hagan caso de la situación.
Radiación en México
Este es un caso poco usual en México, aunque hay antecedentes que indican que esto ya ha pasado, lo cual nos hace reflexionar sobre la importancia que debemos de poner en este tipo de sucesos para evitar accidentes más graves.
En enero de 1984, en la carretera de Los Álamos, Nuevo México, transitaba un camión de carga que activó los detectores de radiación. La investigación de su origen condujo hasta Ciudad Juárez, México, donde inadvertidamente ya estaba en marcha el mayor incidente nuclear de su tipo en América, dada la extensión que abarcó.
Aunque no tiene comparación con la explosión del reactor nuclear, al suceso se le conoce como el “Chernóbil mexicano” por el alcance de contaminación que generó en México.
La radiación se propagó en miles de toneladas de varillas de construcción que quedaron contaminadas de cobalto-60 y fueron comercializadas en 17 de los 32 estados de la República Mexicana.
En esta ocasión se estima que unas 4 mil personas tuvieron algún grado de exposición, pero pese al elevado número no hay certeza de cuántas víctimas con padecimientos a largo plazo dejó el incidente, además de que las autoridades sanitarias no le dieron el debido seguimiento a la situación.
Este hecho ocasionó que se tuviera más precaución cuando se trataba de objetos que tuvieran radioactividad para evitar futuros incidentes con este material, algo que por lo visto hemos olvidado.
Consecuencias
Para el físico de la UNAM Guillermo Espinosa, quien fue el que descubrió y dio seguimiento al caso de aquella situación en 1984, «la radiactividad es como el fuego: si lo manejas bien, cocinas unos excelentes bifes. Si no la manejas bien, hay quemaduras», por lo cual tenemos que estar más atentos y utilizar el material radioactivo en pro de las personas y no ocasionar daño alguno.
Fuentes: El Universal, BBC