La vida “alegre” representada en la época del cine de oro mexicano

Hacia finales de los años 30, el mundo se encontraba en un punto muy importante de su historia moderna y se libraba la guerra más sangrienta de todas, la Segunda Guerra Mundial, por ende en los Estados Unidos se detuvo toda la producción cinematográfica y el peso de esta industria cayó en manos de México, lo que desembocó en el cine de oro.

Entre 1936 y 1956 la industria cinematográfica en México alcanzó uno de sus mejores momentos, que lo llevó a ser considerado como la Época de Oro del cine mexicano. El recuerdo de aquel reconocido cine ha quedado en cintas, así como en la documentación del Archivo General de la Nación.

Algunos prospectos de directores y actores tomaron gran notoriedad destacando sobre el resto, nombres como Luis Buñuel, Emilio “El Indio” Fernández, Fernando de Fuentes, Juan Bustillo entre otros, que llevaron a la pantalla grande a actores que dejarían huella en la industria como Joaquín Pardavé, Sara García, Pedro Infante, María Félix, Jorge Negrete y Mario Moreno “Cantinflas” como caras principales de sus películas.

 

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Así surgió el cine de “rumberas” que con el tiempo se convirtió en cine de culto, aquellas películas son el reflejo de una época y una forma de vida, que sobrepasó el tiempo llegando a convertirse en arte.

Las cabareteras o rumberas son una aportación mexicana al cine internacional, se trató de una época vertida en llanto y en música, pasiones desenfrenadas que formaron una especie de cine negro mexicano, con tono melodramatico, conflictos y desprecios sociales, canciones y bailes sin fin.

Cine de oro y el cine de rumberas

En este cine hay un retrato de una Ciudad de México que comenzaba a crecer y a exigir otra visión de su propia vida y la explosión de sus libertades, su contenido social exponía las contradicciones de un país que quería salir de un conservadurismo que lo ataba desde hacía mucho tiempo.

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Aunque el tema de una mujer fuerte decidida no es nuevo, pues en México ya había antecedentes de películas de “mujeres de la calle” como por ejemplo “Santa” de Antonio Moreno en 1931, o “La mujer del puerto” de Federico Gamboa, que fue filmada en 1933 por Arcady Boytler y está basada en un relato de Guy de Maupassant.

Este tipo de películas de ficheras representa a la sociedad de aquellos días y que hoy podemos apreciar y admirar, y no sirve para entender cómo era la vida en esa época.

 

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Fuentes: El Sol de México, Gobierno de México

@CronicaMexicana