Grandes moneros mexicanos

El periodismo mexicano, además de crítica y arrebatos políticos, también tiene una enorme parte creativa y concentra sobre sí el talento de grandes mentes. El movimiento de los moneros en México comenzó en 1826, con la aparición de la revista “El Iris”, considerada la primera publicación literaria de este tipo en el país. Y viene a cuento, porque en ella se publicó la primera caricatura de autor, provocando el surgimiento de la historieta política que vendría a revolucionar el periodismo en México.

Hoy en día el idioma de la caricatura es universal. No hay periódico que no se distinga por tener un monero, bien plantado en el gusto de sus lectores. Y muchos son los que han recorrido las páginas de los periódicos mexicanos, dibujando el acontecer diario de los que aquí vivimos, incomodando a la clase política y haciendo del día a día un chiste, perjudicial para el mal humor.

Moneros más importantes

Es casi una obligación no terminar de leer un periódico, sin revisar la tira cómica o el mono de opinión. ¿O no?

Abel Quezada

Uno de los moneros mexicanos más emblemáticos del Siglo XX. Su vida vio la transformación de la postrevolución, al México moderno, y de ahí hacia el desencanto. Se caracterizó por su especial manera de retratar al mexicano silvestre, folclórico y embustero, con una sutileza audaz para reflejar hasta las realidades más duras del país, en una caricatura que hacía reír en lugar de llorar. Sus diferentes personajes eran copia fiel de los mexicanitos de a pie, de las clases más aplastadas y de una clase política, que siempre se ha dibujado a sí misma como de la peor calaña.

Eduardo del Río “Rius”

Irreverente, rebelde, cuestionador y altamente prolífico, Rius es uno de los moneros más importantes que ha dado México. Tiene una obra extensa que recorre todos los temas de la cultura nacional, la política, la religión, la vida diaria, los deportes, la comida, el lenguaje, la filosofía, la historia mundial y todas las costumbres que definen a la raza humana.

Rius es, para quien se deja, una especie de guía espiritual que, a través de sus caricaturas, enseña todo lo que hay que saber para sobrevivir a la sociedad posmoderna, pero con el añadido de una ironía que pocos humoristas gráficos pueden lograr.

En el siglo XX su obra más conocida fue “Los Supermachos”, una larga serie de caricaturas sobre la vida de unos campesinos, teniendo como espacio el pueblo de San Garabato de las Tunas.

Gabriel Vargas

La familia Burrón, espejo de la familia mexicana de los años 40, es sin duda una de las historietas más famosas que han nacido en México, con nada más y nada menos que 72 años de publicación ininterrumpida. Gabriel Vargas, quien murió apenas en el año 2010, fue el autor de este tesoro de la cultura popular, y de tantos otros que alimentaron el estilo pintoresco de interpretar la realidad urbana de un país, que quizá hoy ya no existe. Fue también responsable de la creación del personaje de Memín Pinguín, una tragicomedia de 32 capítulos sobre un niño de color y su má Eufrosina.

Valeria Lira