En México, la política es el arte de chismear, gritonear y cacarear. No es un secreto para los mexicanos que los legisladores casi siempre andan haciendo leyes para sí mismos, para sus empresas, sus amigos, sus compadres, sus parejas y sus hijos; para todos ellos, pero pocas veces para los ciudadanos que les dan de comer. Y así, más de una vez, las reformas políticas de quienes hacen las leyes han causado controversia entre la opinión pública, polarizando incluso las reacciones de los muy diversos sectores sociales, que en este país conviven.
Reformas políticas controversiales
A continuación una lista de algunas leyes, que a su simple propuesta, generaron escándalo de proporciones mayores, entre actores políticos y ciudadanos.
Legalización del aborto
Por la naturaleza del tema, es ya de por sí controvertido. En el año 2007, la Asamblea del Distrito Federal, aprobó la despenalización del aborto antes de los tres meses de gestación, salvando así a miles de mujeres de ir a la cárcel, por terminar con la vida de sus productos.
Esta ley, innovadora en el país y que buscaba empoderar a las féminas, respecto al derecho a decidir sobre sus cuerpos, levantó ámpula en los sectores conservadores, especialmente en torno al gremio católico, quienes argumentaban que el aborto es más un asesinato que una cuestión de libertad, y que, además, promueve el libertinaje y la promiscuidad.
Bueno o malo, ya son casi diez años de que esta ley es una realidad en la capital del país, obligando así a hospitales públicos y privados, a realizar legrados sin poner pretexto.
Ley de movilidad
«El Estado garantizará el derecho de toda persona a la movilidad universal, atendiendo a los principios de igualdad, accesibilidad, disponibilidad y sustentabilidad». En 2014, la Cámara de Diputados aprobó esta ley, que garantiza el acceso de los ciudadanos a los espacios públicos.
Así de simple, esta ley ocasionó divergencias entre los legisladores, quienes la vieron como un arma de doble filo, que por un lado reiteraba la garantía individual de circular libremente en el territorio nacional, pero por otro parecía restringir, en un futuro cercano, la posibilidad de manifestaciones públicas, so pretexto del derecho al libre tránsito.
La eliminación de los circos con animales
Aunque pretendía buscar un fin benéfico para los animales, esta ley pareció perjudicarlos aún más. También en 2014, asociaciones protectoras de animales en todo el país, buscaron eliminar la explotación animal de los espectáculos circenses. Y el primero en acogerse a la nueva ley, fue el Distrito Federal, obligando a los dueños de los circos a deshacerse de sus animales, para no tener multas o ser cerrados por las autoridades.
La polémica llegó cuando los empresarios se preguntaron, qué iban a hacer con los animales desempleados, que ya no podía laborar en sus instalaciones. Y es que, al parecer, ni los legisladores ni los activistas contemplaron este detalle, así que muchos ejemplares terminaron por ser sacrificados y otros vendidos a zoológicos o coleccionistas, lo que tampoco les garantizó un futuro mejor.
Ley SOPA
Stop Only Piracy Act (SOPA), fue una ley estadounidense que, en 2012, vino a partirle la cara todos los internautas a nivel mundial. El objetivo era acabar con la piratería del único lugar que aun permanecía libre en el mundo: Internet.
Si bien esta iniciativa fue finalmente rechazada por los legisladores norteamericanos, sí logró limitar el acceso, a millones de recursos que circulaban por la web. De forma gratuita, miles y miles de bibliotecas, videotecas y archivos gráficos y documentales, se perdieron, y desde entonces la red no es igual. Claro que con la ley surgieron miles de herramientas para romperla, pero nunca podrá ser lo mismo, para todos aquellos que conocieron el paraíso de Internet sin censura.
Más tarde apareció la hermana de SOPA, ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement) un acuerdo internacional con objetivos parecidos a la primera, pero disfrazada de opción, en lugar de imposición. Cabe destacar que Europa rechazó firmarlo, casi al mismo tiempo que México le abrió los brazos.
Valeria Lira