Meteoritos entre nosotros

Los meteoritos son pedazos de material espacial que irrumpen en la tierra a grandes velocidades, y suelen dejar una marca enorme sobre el lugar en el que se estrellan.

A lo largo de la historia de la humanidad la aparición de meteoritos se ha relacionado directamente con eventos históricos importantes, o catástrofes naturales como los terremotos.

A continuación una lista de varios meteoritos, que han surcado el cielo de México, clavándose para siempre en su territorio.

Meteorito de Allende

Corría el año de 1969 cuando, una noche serena, un estruendo rompió la tranquilidad del viejo pueblo de Allende, Chihuahua.

En aquel tiempo el suceso causó terror en la población, que en su mayoría era ignorante y no sabía nada del tema. Al ver una gran bola de fuego atravesar el cielo y estrellarse, muchos lo asociaron con el fin del mundo o con una cuestión paranormal, sin saber entonces que estaba siendo testigos de uno de los sucesos astronómicos más trascendentales en la historia humana.

Ese fragmento de roca tenía, al momento de estrellarse en la Tierra, más de 600 millones de años de antigüedad y hoy todavía la ciencia lo estudia, por el material espacial que contiene.

Meteoritos de Bacubirito

Es uno de los más grandes del continente americano y del mundo. Fue encontrado en el municipio que lleva su nombre, en el Estado de Sinaloa, en 1874. Permaneció en el mismo lugar casi 100 años más, hasta que fue colocado en un museo de Culiacán, para su observación e investigación.

Fue descubierto por un grupo de campesinos de la comunidad conocida como “El Ranchito”, quienes lo desenterraron y se hicieron la foto que, aún hoy,  es famosa.

Meteorito de Chicxulub

Se dice que con la caída de este famoso meteorito, en la Península de Yucatán, empezó la extinción de los dinosaurios.

Este material del espacio mide 10 kilómetros de diámetro, pero el cráter de su impacto llegó a 177 kilómetros de largo. Tiene 65 millones de años de antigüedad y según cuentan las teorías científicas, su caída fue tan fuerte para la Tierra, que provocó tsunamis, terremotos y el levantamiento de una enorme capa de polvo que cubrió toda la superficie terrestre.

Meteorito Morito

Pesa diez toneladas y fue protagonista en la era prehispánica, ya que los indígenas de la zona de lo que hoy es Hidalgo del Parral, en Chihuahua, lo reconocían como un punto de referencia para trazar sus rutas.

Lo más rescatable de esta pieza, encontrada en el siglo XIX, es que se dice está “orientada”, es decir, todavía conserva en su superficie las marcas del vuelo y la orientación hacia donde cayó, al estrellarse con la tierra. Esta pieza se exhibe hoy en el Palacio de Minería.

Valeria Lira

@CronicaMexicana