Los autocinemas en la CDMX

En los años 30, en Estados Unidos, surgió un sistema de entretenimiento especialmente pensado para la clase media, que buscaba diversificar sus intereses. Es en aquella época cuando comienza a gestarse lo que después se conocería como “american way of life”, una especie de aprecio norteamericano por la vida burguesa, consumista y acomodada, que ofrecía el país del norte, como una utopía frente a las calamidades del mundo. Los llamados autocinemas se popularizó con rapidez, principalmente entre los jóvenes que lo veían como una novedad, un pretexto para la convivencia y oportunidad para darse amor en el asiento trasero.

Cuenta la historia que, en la Ciudad de México, fueron populares tres autocinemas durante la primera década del Siglo XX, uno en Satélite, uno en Coyoacán y otro en Lindavista. En aquel tiempo era la moda de los capitalinos acudir en familia o en pareja, a mirar las películas que entonces estaban de moda, comentar la función y aprovechar la salida para comer algo de chatarra, hot dogs, hamburguesas y malteadas, otras herencias del american way of life. Eran otros tiempos y el entretenimiento se valoraba como una oportunidad para maravillarse de cosas que no se veían todos los días. Aun entonces había oportunidad para la sorpresa y no todo estaba visto.

Con los años y la aparición de los primeras salas de cine, como se conocen hoy en día, el autocinema perdió popularidad y fue cerrando sus puertas, para dar paso a las nuevas modas y tecnologías. Y fue hace 30 años que terminó su ciclo el último de los autocinemas antiguos, que funcionó en la Ciudad de México.

Autocinemas en el siglo XX

Pero no todo es recuerdo en la capital. En 2015 una iniciativa de egresados de la Universidad Iberoamericana, volvió a poner en el mapa chilango el concepto del autocinema.

“Autocinema Coyote” hoy es la moda en la Ciudad de México, con sus dos sucursales en Insurgentes y Polanco, presenta clásicos del cine hollywoodense, en un formato que es novedosos para los jóvenes y algo nostálgico para los más viejos.

Y no sólo es Coyote, también se han emprendido intentos de autocinemas en espacios como la UNAM, y algunos festivales de cine en todo el país.

Valeria Lira

@CronicaMexicana