En un monstruo del tamaño de la Ciudad de México, donde algunas veces pareciera que todos corren hacia ningún lado, el ruido, el estrés y el cansancio acechan y, siendo así, es difícil voltear a ver al que está a un lado. Por suerte cada cierto tiempo surgen proyectos solidarias como lo es el bazar Altillo.
Dicen por ahí que en una ciudad tan grande ya nadie se conoce, y los días de hacer comunidad ya terminaron. Aquel tiempo en que los vecinos conversaban, y la vida en las colonias era un ejercicio en conjunto, parece que quedó atrás.
Hoy todo se ha convertido en hostilidad, dentro de una orbe que no se encuentra a sí misma, entre el caos, el desastre demográfico, el miedo y la violencia.
Y luego, tras toda la tragedia, aparecen ejemplos de gente que quiere regresar a vivir en comunidad.
Bazar Altillo, por el bien de la comunidad
El bazar de Altillo 1900, es un ejemplo de organización vecinal y vida en comunidad. Ubicado en plena Avenida Universidad, se trata de un bazar mensual organizado por los habitantes, quienes reúnen artículos para intercambiar, vender y regalar, y se concentran en un área de la unidad, donde conviven y sacan provecho a todo lo que no necesitan.
Lo mejor de todo es que se trata de un bazar abierto, con la idea de que crezca, y personas de toda la ciudad se acerquen a experimentar, compartir y replicar el ejercicio, en el lugar donde habitan.
Suele decirse que los mexicanos carecen de iniciativa, que no conocen el trabajo en equipo y que se niegan a mejorar sus condiciones de vida, sin embargo, este tiempo de emprendimientos autónomos, sin ningún respaldo gubernamental u organizativo, sí da mucho qué pensar sobre lo que en este país se puede lograr, si se unen esfuerzos y voluntades por el bien de todos.
Importancia de la organización vecinal
Si de algo gozan las sociedades más avanzadas del mundo, es precisamente de organización vecinal, capacidad para que las comunidades funcionen como autónomas, tomen decisiones y ejerzan presión para lograr las cosas que necesitan, siendo una sola pieza frente al gobierno y entidades externas.
De ese modo, este ejercicio vecinal se ha convertido, a lo largo de un año de práctica, en ejemplo de comunidad y transformación del modelo económico.
Si bien la sociedad mexicana, nunca ha visto sobre sí una verdadera bonanza monetaria, en los últimos 20 años la capacidad adquisitiva ha mermado frente a la crisis, la devaluación y el desempleo, obligando a muchos a buscar alternativas para sobrevivir dentro del sistema.
Es así como el trueque parece responder, hoy más que nunca, a una población que ya no ve sus necesidades satisfechas en el capitalismo. Y qué mejor si se hace en comunidad; conviviendo y enseñando a los más jóvenes cómo vivir mejor.
El bazar de Altillo 1900 se realiza cada sábado último del mes, en Avenida Universidad, en la Ciudad de México. Es gratuito y se permite la venta, el trueque y la donación voluntaria.
Valeria Lira